A los que imponen su “propia verdad”

Quien se autoconvence de que tiene la verdad absoluta, se olvida de que impone y te vende su realidad.
¿Por qué en los grupos de ayuda mutua, (GAM) se considera una distorsión del valor del respeto, el ‘vengo a venderte mi libro, mi terapia, o mi verdad’?
Porque se considera que es una falta de respeto grave hacia l@s usuari@s que participan, no somos autómatas, somos personas, y a lo que a un semejante le viene bien puede ser que no le ayude a otra, por mucho, aunque tenga el mismo diagnóstico.
Pues este concepto, si lo sacamos del GAM, y lo trasladamos a nuestra vida cotidiana aparecen sujetos que considero que venden auto-eslóganes baratos de mercadillo y frases de consigna revolucionarias, y que no acaban de interiorizar ni de entender, haciendo daño a nuestro colectivo sugestionable y vulnerable.
Que no es otra cosa que mera forma de hacerse ellos sentir grandes mientras se creen que ayudan a la sociedad. Pero no es así. Hacen daño. Y no llegan a entender el alcance de cuán grande es ese daño, porque no hace más que enfrentarnos los unos a los otros, cuando deberíamos ir todos a una en una misma dirección dejando atrás lo que nos separa.
Imponer sin dejar que las personas que están a nuestro alrededor no puedan expresar que piensan al respecto es un tipo de autoritarismo disfrazado, con una campaña de marketing de dudosa ética.
Es algo así como, o piensas como y estás conmigo, o estás contra mí.
Y luego van de tolerantes por el mundo.
Eso no es tolerancia, es intolerancia.
Y si no lo aceptas porque piensas que tu realidad, tu forma de pensar es otra, diferente como individuo.
Te tachan, te señalan, te insultan como si fueras un paria.
Y esto se extiende a todos los ámbitos de la vida, de lo cotidiano. No solo en el colectivo en Salud Mental.
Y es triste que existan personas que no vean más allá de sus narices, que bajo su criterio su forma de activismo es la que debe ser, y no la que otros hacen. Cuando deberíamos de entender que lo importante no es quien tiende la mano, si no quien te la coge. A quien acompañas en su recuperación, y le ayudas a empoderarse.
Y todo lo demás es desprestigiar a otros compañeros, que quizá no piensen como tú, pero que también llevan su lucha, ayudan a personas, y trabajan por el bienestar de las personas que le envuelven.
En Trebolmente queremos dar apoyo a las personas que indistintamente de su forma de pensar, del género, de la raza, de la orientación, del color de su piel, sufren, que están en diferentes estados de recuperación, que necesitan un hombro amigo, alguien que no juzgue simplemente escuche. Porque una persona sabia transmitió al mundo una frase que dice así: ‘Frente a los ojos tristes hay que hacer menos preguntas y dar más abrazos’
Y eso entre todos los compañeros que pertenecemos a Trebolmente queremos transmitir, que nuestro trabajo hable por nosotros mismos.

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