La expulsión de lo distinto. ¿Todavía existe el otro?

By ung-Chul Han en su libro “La expulsión de lo distinto” se pregunta si todavía existe el Otro. La negatividad del Otro ha dejado paso a la positividad del Igual, que se impone. Pero un sistema que rechaza lo distinto, desarrolla rasgos destructivos. La negatividad del distinto permite poner límites a la mismicidad. Sin la negatividad hay un aumento irrefrenable de lo igual.

El terror al Otro abarca todos los aspectos vitales de nuestra cultura. Al generar sólo contacto y vínculos con quienes piensan y sienten igual que nosotros, dejamos pasar de largo a los desconocidos y distintos, reduciendo nuestra diversidad de experiencias, y solamente se reproduce el YO. Entrando en el bucle del YO y lo mismo, expulsando y discriminando a lo distinto. Lo igual no duele. Con lo igual no se sufre. La experiencia surge esencialmente de la negatividad de lo distinto y lo distinto nos obliga a la reflexión, produciendo transformación.

Actualmente es común oír hablar de autenticidad, hoy en día todos queremos ser distintos a los demás, pero en esa intención de ser distintos persiste lo igual, no la Otredad. El esfuerzo de ser auténtico y no igual a los demás, implica estar comparándonos  y compitiendo continuamente con los demás. Donde el término diversidad se convierte en explotable, expulsando a la Otredad, que implica aceptar aquello que no nos gusta del Otro.

Actualmente, en medio de una aparente pluralidad, no nos damos cuenta de la imposición de lo igual. La sociedad del consumo apunta las diferencias, pero, solo a las diferencias que puedan ser consumibles, convirtiendo la diversidad en mercancía y la autenticidad en objeto de consumo. Porque la autenticidad se visibiliza ante los demás por el consumo, fingiendo ser un Otro, que no es el nuestro. El imperativo de la autenticidad nos obliga a estar vigilantes de nosotros mismos, convirtiéndonos en narcisistas. La autenticidad deriva, de esta manera, en coerción narcisista. El amor hacia uno mismo, no excluye el amor al Otro, en cambio el narcisismo si lo excluye e invisibiliza, usando al Otro como un instrumento.

El error es creer que el conflicto es destrucción, al contrario, la madurez surge del conflicto. La madurez y la personalidad surge de trabajar los conflictos. Por ello es tan necesario volver a plantearnos la vida partiendo del Otro. EL Otro es un enigma que nos provoca incertidumbre y eso nos obliga a movernos y a cuestionar nuestras certezas continuamente.

“En qué consiste el amor, sino, en entender y alegrarse, de que hay Otro que viva, que actúe y que sienta de forma distinta, incluso opuesta a como lo hacemos nosotros” Enmanuel Levinas, filósofo y escritor lituano de origen judío (1906/1995). Que durante la segunda guerra mundial estuvo confinado en un campo de concentración alemán, donde, casi toda su familia fue asesinada. Cuando escuchamos y atendemos los que dice el Otro, porque escuchar no es un acto pasivo, porque primero tengo que dar la bienvenida al Otro, reconocer su identidad de Otro. Escuchar nos ayuda a hablar, la escucha antecede al habla, el habla es causada por la escucha. Sin ese habla con el Otro, la comunicación degenera en una simple trasmisión de datos. Escuchar no es intercambiar información, escuchar es vecindad, es comunidad. La comunidad es un conjunto de oyentes, entonces la escucha adquiere una dimensión

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