Un suspiro adormecido de lágrimas voló.
Estando como en una tarde otoñal amarillenta,
de un pasado cayendo en hojas en el pensamiento,
¡ay!, enmudecido pensar.
Los recuerdos empapados de tanto antiguo versar,
de tantas experiencias de amores que ya no están…
La lejanía ardiendo en el interior,
sabiendo que se marcharon para no regresar,
los que tanto se amaron, los que tanto se quisieron que se fueron
como un barco cuando pone rumbo a la profundidad del mar.
Caminando con algo de tristeza y el alma llora de tantas vivencias que se quedaron atrás,
de tanto vivido con personas que caricias te dieron, que amor te entregaron y ya no lo sentirás…
por lo menos en esta existencia no los volverás a tener ni a poder amar su presencia.
¿Pero quién sabe si en otra vida,
en otra nueva manera de sentirla podremos volver a estar junto
a esas almas queridas que tanto bien nos hicieron,
y tanto amaron nuestro transitar?
Yo soy un viajero que vive por y para,
como cualquiera el amor llevado recordar.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
Poeta Intemporal ©.