Celia:
Seré libertad contigo,
seremos un viaje soñado
pero también vivido.
Serás mi agua y yo tu sed
pero juntos estaremos calmados,
porque nada ya más podrá arrebatarnos el amor que quita los pesares y los deja aislados.
Armando:
Nunca quiero estar de ti alejado,
pues en tu amor me he encontrado
y lo más feliz que nunca había pensado tengo ahora viajando por mi mente y acariciándome el alma como un bálsamo de fruta fresca,
qué es el néctar de tu amor que me ha tocado.
Celia:
No dudes cariño que así será
nada podrá separarnos,
porque tu vida y la mía son dos pájaros enlazados
en un vuelo tan bonito y tan espléndido
que ni el aire más furioso podrá empujarnos al abismo del adiós,
y a ese grito de no encontrarnos.
Armando:
Lo sé muy bien, creo en ello con todo mi entusiasmo,
soy de ti caricia y tú de mí abrazo tan sincero que no quepo en mi gozo por estarte amando.
Seremos la historia más preciosa que jamás ningún poeta pudo escribir en unos versos que dejó guardados,
en la ilusión de encontrar y hallar un amor como el que tú y yo tenemos y del que estamos disfrutando.
Celia:
Te amo tanto y tanto que no puedo imaginar una vida sin estar en esta pasión y en este romance atados, amarrados con la cuerda del destino que nos ha encontrado.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
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