Vuelan alto los pájaros entre las líneas del viento.
Mueven sus alas de terciopelo recorriendo mares y océanos donde reina la paz y caminan los silencios.
Son los mejores viajeros del tiempo y los más grandes maestros del cielo,
con sus alas de hierro recorren miles de kilómetros durante su largo viaje, atravesando el hielo durante el frío invierno, hacia las tierras más cálidas de los polos con un sentido periódico opuesto,
Viven como verdaderos ángeles del universo atravesando la barrera del sonido en movimiento.
Sus sentidos son perfectos y su pose majestuosa libre de cadenas dibuja los paisajes por donde pasan a su libre albedrío entre los ríos y las montañas.
Al ver el vuelo de los pájaros nos sentimos un poco más libres y observamos la maravillosa verdad que hay en ellos,
envidiamos su capacidad porque durante un rato mirando como vuelan los pájaros despertamos de nuestros propios miedos y comprendemos mejor nuestros sueños,
Al observar el libre vuelo de los pájaros podemos entender que la vida no tiene dueño y que nada tendría sentido sí no podemos creer lo sencillo y lo simple que es volar cómo lo hacen los pájaros porque a ellos nada les hace falta para ser y existir, para volar y volar…
No hay una melodía más sana ni nada tan real como el vuelo de los pájaros.