Cuenta la leyenda ser cierto,
Lo que un sabio y ciego dijo saber,
Cuando creyó ser el primero en ver,
Que sólo hubo una vez que ocurrió esto:
Que, con mil noches de amor,
Le castigó la luna al desierto,
Para no escuchar a sus lamentos esperando a que su amada lluvia volviese algún día otra vez con él,
La luna joven le condenó a no verla nunca durante mil noches si no la olvidaba en cada amanecer,
Pero durante las largas noches del invierno volvían a caer sus lágrimas de amor por ella,
enfadando aún más a la celosa luna bella que ordenó a que todas las estrellas brillaran más fuerte que ninguna otra noche,
y así dejasen ciego al desierto para que no volviera a ver nunca la belleza de la lluvia cuando llora cada noche en silencio junto a él.