La vida te ha pegado muchos palos,
los golpes han tocado,
lo más profundo de tu corazón,
tu rostro es la muestra de tu dolor.
Tus pupilas negras,
cuentan tu historia:
tan dura, desoladora y traumática.
Tus ojos azabaches,
recogen toda tu tristeza,
todo tu dolor se concentra en tu mirada,
ya no es sólo un estado,
que casi siempre te acompañaba.
Ahora es la tristeza,
quien te sostiene la mirada.
Adoras esos pocos días,
en que tus ojos brillan.
Y sin poder evitarlo,
te entra la melancolía.
Cuando caes en la cuenta,
de que no hace muchos años,
ese brillo era quien te sobresalía,
a través de tus pupilas…
Ven amig@ mío,
Ven, tengo algo que contarte,
ahora tienes a alguien,
con quien desahogarte.
Alguien que no tan sólo te escucha,
sino que también no te juzga.
Ven amig@ mío,
Ven, abre bien los brazos,
porque necesitas un gran abrazo.
O quizá también necesitas llorar,
estando acompañado.
Nosotros somos Trebolmente,
que, a los ojos tristes,
sólo se merecen que,
no les hagamos interminables preguntas
que no conducen a nada.
Sólo necesitan que les regalemos,
de forma desinteresada
Un abrazo de esos,
que llegan al alma.
