Al mar le di, lágrimas repentinas
y ya al amor le otorgue el gris sentir.
Penas perdidas en diez mil colinas
y todo ello lo hice por no partir
lo que yo sentía así, ¿ni imaginas?
Lo que así se tuvo mi alma que herir.
Yo lancé mi ego y partida al adiós
al mismo océano del mismo Dios.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo
Poeta Intemporal ©.