Saber que la vida se acabará.
Tener el riesgo siempre en la punta de la Lanza.
Lanzar ese miedo, y me atreveré para combatir a los guerreros de la desesperanza.
Tener siempre volcado el amor hacia los demás y sus caminos de riesgos como el mío, de valores perdidos por culpas
innecesarias.
Y tener siempre la calma de ser amor para los que sufren y lamentan el camino.
Ser siempre el acogimiento de mis mismos iguales y de sus sentimientos.
Fortalecer la vida en mi interior para ser fuerte para acoger cualquier dolor de cualquier alma que está conmigo en el
mismo tránsito, de esta vida a veces desilusionada y otras con felicidad hallada y encontrada, que no dudo que es trazo
de alguna señal universal en los caminos hallada, pero si es una balanza de sufrimientos y de la felicidad a la espera,
eso es verdad cierta, hecha para que el Alma crezca, sin más respuesta.
Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo Poeta Intemporal ©.