¿Quién te sopló en el espíritu?
¿Quién te regaló las alas?
Te seguiré allí donde me dejes acompañarte,
Hasta donde me lleve tu alma.
Me han contado lo que hiciste,
Y me he quedado sin palabras,
Todo lo que antes dormía,
Ahora crece como el agua.
Deja que me caliente con el fuego que hay en tus ojos,
Y llenaré todo el vacío de tantas guerras y sombras,
Elígeme para poder contar tu historia y dar mi vida por tu gloría,
Para que todos los árboles vuelvan a crecer con la música de la primavera.
No hay espada tan fiel como tú,
Ni ejércitos que puedan vencer a tu mirada,
Te esperaré hasta el día en el que vuelvas por aquí,
Y las lágrimas de ayer se conviertan en gotas de nieve blanca.