¿Quién te sopló en el espíritu?¿Quién te regaló las alas?Te seguiré allí donde me dejes acompañarte,Hasta donde me lleve tu alma. Me han contado lo que hiciste,Y me he quedado sin palabras,Todo lo que antes dormía,Ahora crece como el agua. Deja que me caliente con el fuego que hay en tus ojos,Y llenaré todo el […]
Actuantes, y tan lindos estos artes suspiros en libres bellos amores. Unidos esos, los nuestros clamores. Cariño siendo plenos baluartes. Líricos y libertad de estandartes rítmicos brillos de los milamores. Sentirte, siempre que tú me enamores y mis pesares siempre tú, ya apartes. Artistas, así unos prestos actuantes. Somos aplauso en teatros, rumores, lírica de
Saber que la vida se acabará. Tener el riesgo siempre en la punta de la Lanza. Lanzar ese miedo, y me atreveré para combatir a los guerreros de la desesperanza. Tener siempre volcado el amor hacia los demás y sus caminos de riesgos como el mío, de valores perdidos por culpas innecesarias. Y tener siempre
—¿Por qué lloras pequeño? Ya comprendo. Se ha ido el amor de tu vida. Pero tranquilo, que allí donde esté tus sueños todavía cuida. —Señor mire, éste es su manto con el que en calma, en el hogar allí al lado mía se quedaba dormida. —Entiendo que ya no tendrás ganas de sonrisas. —Cómo reír
Y los atardeceres por venir desearnos amor en éstas almas, no hay nada más ahora qué decir: ¡Qué cielo, como tú libre me calmas! Seré siempre un tan bello definir: En las líneas de tus y mis palmas. Tendremos infinito ese dulzor en las noches un bello y hermoso amor. Autor: Miguel Ángel Pérez Salcedo Poeta
Desde que ni tenía uso de razón, Mariona tenía dos familias. Una madre, cuatro hermanos y un padre y dos hermanos más. A los 5 años, en clase, le hicieron dibujar una casa de color amarillo y colocar a su familia en la casa. No cabía en ella. Hizo dos casas. En una vivía ella
Sopla fuerte el viento que trae esta ansiedad hasta aquí, No hay recuerdos que vengan desde tan lejos, Los colores del arco iris dibujan ahora la oscuridad de unos latidos que se paran ¿por qué? ¿Dónde se fue ese aire que era tan fresco y glorioso? ¿Cómo es posible que sólo quede un punto dentro
Perdido muy dentro entre fuertes gritos sangre de herida,nada de indolora, vida presa, duele, es arrasadora. Los días sombríos hieren, ¡malditos! Buscando libero, sesos no adscritos. El alma así se cura, soñadora por una vida enferma, atronadora. Es el ansiar de cantos inauditos. Yo así no hallaba solución alguna. Nada puede el alma, me debilito…
Un suspiro adormecido de lágrimas voló. Estando como en una tarde otoñal amarillenta, de un pasado cayendo en hojas en el pensamiento, ¡ay!, enmudecido pensar. Los recuerdos empapados de tanto antiguo versar, de tantas experiencias de amores que ya no están… La lejanía ardiendo en el interior, sabiendo que se marcharon para no regresar, los
